El papa Benedicto XVI oficia en la basílica de San Pedro del Vaticano la misa en la festividad de Pedro y Pablo, los patrones de la Iglesia Católica, durante la cual que impone el palio, símbolo de comunión con el obispo de Roma, a 44 arzobispos, de ellos 13 iberoamericanos.
Para abreviar el ritual y remarcar que la imposición del palio no tiene carácter sacramental, la imposición de estas estolas -hechas con lana de corderos bendecidos- se realiza al principio de la misa y no, como en años anteriores, tras la homilía.
A la ceremonia, ante miles de personas, asiste una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla -encabezada por Emmanuel Adamakis, metropolita (arzobispo) de Francia, director de la Oficina de la Iglesia Ortodoxa ante la Unión Europea.
También asiste Ilias Katre, obispo de Philomelion (EE. UU.) y Paisios Kokkinakis, del Santo Sínodo del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
Todos los años, una delegación del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla viene al Vaticano en esta fecha y el 30 de noviembre, festividad de San Andrés, el patrón de la iglesia ortodoxa, una delegación de la Santa Sede viaja a Estambul, sede del Patriarcado ecuménico.
La iglesia ortodoxa también venera a San Pedro y San Pablo como patrones de la Iglesia Universal.
Con motivo de esta festividad, la estatua en bronce del apóstol San Pedro existente en la nave central de la basílica vaticana ha sido recubierta, como ya es tradición, con los paramentos pontificales y le ha sido colocada en la cabeza una mitra de oro.
Junto al coro de la Capilla Sixtina participa en la misa el Coro de la Abadía de Westminster.
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